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Palabrita de escritor.

Un Nuevo Bukowski

Un Nuevo Bukowski
En 1994 murió el escritor Charles Bukowski , rey de los parias, látigo de la clase media y fuego fatuo de la sociedad norteamericana.

Bukowski -Henry Chinaski para sus lectores-, vivió 73 años rodeado de botellas de vino, malas compañías y un padre severo, tosco y arrogante que no llegó a comprender nunca la alergia que le producía a su hijo el trabajo físico. Vivió en Los Ángeles, se crió en Los Ángeles, y es en esta ciudad californiana donde sitúa la mayor parte de su novelas y cuentos.

Yo llevo leyéndolo desde hace una década, emborrachándome con cada uno de sus libros, empapándome de ese cinismo que destilan sus obras. Porque Bukowski nunca fue un galán, ni un seductor de masas, ni un arrastrado de lo políticamente correcto. Bukowski siempre fue algo más. Fue un Escritor con mayúscula, alguien que creía en sus propias palabras. Se reía cáusticamente de la sociedad norteamericana, la maltrataba, la destruía con su prosa dejándola a la altura del betún. Hoy, tristemente, los que se sienten identificados con él son cuatro niñatos de universidad, pijos hasta la médula, gente de buena cuna donde la persona de Charles sería expulsada de inmediato. Sí, lo expulsarían, pero escriben imitando su estilo mordaz, su adicción a la bebida e incluso los lugares que el escritor frecuentó.

Y es que, Bukowski en la intimidad de su escritura fue todo un caballero. De las letras, sí, pero caballero al fin y al cabo. De esos que apenas quedarán unos cientos en los suburbios de Madrid, de Londres e incluso de Los Ángeles. Personas como él que aunque pobres, desechos de la sociedad, alternan el vino con la literatura y no les asusta el fracaso. Cientos quizá sean muchos, pero con uno sólo que hubiese ya nos podríamos dar por satisfechos. Bukowski siempre fue mucho Bukowski, por lo que engancha tanto como repugna, sobre todo a las viejas chochas de la Casa Blanca.

Por desgracia, todas sus novelas y cuentos me los tragué hace tiempo; y más de uno en varias ocasiones. Razón por la que, mientras leo otro tipo de literatura -en ocasiones incluso mejor que la de Bukowski-, pienso en que quizá haya nacido el nuevo Charles y que dentro de poco la humanidad disfrutará de esa literatura tan bestia y graciosa que nos regaló en su día el gran escritor y cronista de Los Ángeles, Charles Bukowski.

Rubén Parra y Martínez, 2006.

2 comentarios

Rubén -

Querido, Daniel, yo no esperaría más en acabar ese estupendo libro que mencionas.

Aun así, muchas gracias por el comentario, ha sido una rafaga de aire freco para mí.

Un saludo.

Daniel O. Requelme -

Un placer entrar en su pagina.
Un honor recibir su estimulo.
Por primera vez leo datos biográficos de Bukowski del cual todavía conservo sin terminar de leer “La maquina de follar”

Saludos.



Daniel O. Requelme


www.danielrequelme.com.ar