Dialogus miraculorum.
El diálogo está de moda. ¡Que tiemblen las pasarela Cibeles y Gaudí! Lo que esta temporada se lleva es el diálogo, la plática, la discusión pausada, tanto en la ropa como en los complementos. Vistan a sus hijas esta primavera con un elegante vestido de diálogo español; el turismo sabrá agradecérselo.
Si bien es cierto en mi opinión, que el diálogo no viste de igual forma en verano que en invierno, la verdad es que podría considerarse la octava maravilla del mundo, la panacea que todo lo cura, la culminación del liberalismo... El diálogo siempre ha servido para mucho. Lo utilizó Franco con Hitler en Hendaya y no le fue del todo mal. ¿Y qué me dicen de los besugos? Ellos lo utilizan a diario; tanto, que han conseguido tener una acepción propia en el diccionario, que no es poca cosa (...)
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