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Palabrita de escritor.

El pilón del Caudillo

El pilón del Caudillo El aborto de dos discapacitados a desatado un debate social en Argentina. Aquí en España -sin ningún parecido- ya se tuvo un “debate social” por las continuas retiradas de las estatuas ecuestres del dictador Franco. La enorme figura de pantomima que aun quedaba en la entrada a la Academia Militar de Zaragoza ya ha sido retirada, mal que le pese a algunos. Son sólo cinco las ciudades en las que el olor a rancio de un pasado muy pasado, permite que todavía haya en esas cinco ciudades, una reproducción del dictador montado en su mantón oxidado, y el mantón descansando sobre el lomo de un caballo metálico, por lo que el “debate social” aún perdurará en el tiempo. Por lo visto, son los propios militares de Zaragoza quienes retiran el símbolo de quien durante años, fue su ejemplo a seguir y su estrella de Belén. Pues bien está que así sea. Mantengo sobre el tema dos posturas que se contradicen: Por un lado creo que deberían desaparecer todas y cada una de las pérfidas estatuas como si de la última vendetta arrebolada se tratara, ya que es lo mínimo y razonable que se puede hacer. Por otra parte -desconociendo que hacen luego con las estatuas retiradas de la vía pública- creo que es luchar contra una historia que fue real y las estatuas podrían demostrar que el franquismo fue tan real como ellas mismas. Vamos, que no veo yo acertado luchar por la recuperación de la memoria histórica, y al unisono hacer desaparecer parte de nuestra historia. Mal se va de esta manera. Ah, eso sí: que elija el lector la que más le agrade, para que sepa que yo pienso igual que usted. En definitiva, estatuas libres o estatuas enlatadas, en lo que sí que estoy de acuerdo es en el aborto de los dos discapacitados de Argentina, donde no debería haber “debate social” alguno.

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